miércoles, 1 de mayo de 2013

Perla fugaz 02: casa de Martha

(cazada en Black Mirror)



Aprovecho para recomendar el capítulo, que a mí es el que más me ha gustado.

Más que en la idea conductora de cada historia el jugo yo lo encuentro en el reverso de los sentimientos que son catalizados por ésta. Eso, al mismo nivel que la visión futuristamente cotidiana, es para mí la clave de la serie.

La fotografía del capítulo seguro que ayuda, pero la casa de la protagonista es una delicia en sí misma. Concretamente los interiores. Un juego de madera, telas y tonos pastel muy acertado. Colores y texturas que no son el mismo, pero que se comportan como un solo ser. Combinado con detalles como el pomo de la puerta, de latón... todo ello en medio del campo... me desplaza a estados interiores que me conmueven.

Lo determinante para mí es que toda esa combinación de colores y materiales, al final, de forma sutil y silenciosa, tiene presencia. Frente a la ausencia y estridencia que a mi entender caracteriza la mayoría de construcciones.

Parece un requisito imprescindible. Podría afirmar que la buena arquitectura está presente, no como objeto, sino más bien como un ser. Uno más grave que nosotros, que fuera consciente de la insoportable levedad humana.

Por el contrario cuántos objetos están ahí, físicamente presentes, y al mismo tiempo no están. Materia que funciona, pero a la que le falta esa consideración por lo humano.

Exactamente de lo que trata el capítulo.

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