viernes, 28 de marzo de 2014

Rasgo de carácter 02: lo soberbio




La versión penosa de lo soberbio la conocemos bien.
Nuestra geografía está plagada de casos ejemplares.

Pero hay otro significado para este término. La única connotación puramente positiva que contempla la RAE, la cuarta acepción de "soberbio/bia" como adjetivo: grandioso, magnífico. Que cuando podría parecer arrogante, sin embargo, resulta poderosamente justificado por su propia magnitud.

Lo primero es prepotencia, sombra y bajeza.
Lo segundo es potencia, luz y grandeza.

He visto a varios ecologistas pusilánimes llevarse las manos a la cabeza al oír (porque como buenos radicales no escuchan) palabras como las de Josep Pla u Oscar Tusquets. Pero yo también estoy convencido de que la arquitectura puede mejorar la naturaleza, en ciertas ocasiones que hay que saber escoger. Y por muy respetuoso que sea este gesto no deja de ser soberbio. En la precisa combinación de los dos radica una fuerza turbia, intermitente, pero certera.

Esta actuación de Nina Simone contiene varias acciones soberbias.

Mezcla lucidez, sensibilidad, potencia, intensidad, talento y por supuesto su capacidad para embrujar, con la justa cantidad de soberbia para que resulte llamativa, pero no excesiva. Agresiva, pero no amenazante. Profundamente emotiva. Un equilibrio perfecto entre agresión y protección. Entre ataque y defensa.

Porque empieza pidiendo que no la abandonen. "No me dejes…". Sombra.
Pero acaba diciendo "Si me dejas… está bien…". Luz.

Y por ello empieza hablando en condicional. "Si yo fuera libre…". Sombra.
Pero acaba hablando en presente. "Tengo noticias para tí, cariño. Ya sé que lo soy...". Luz.

Actitud soberbia
que en su justa medida expresa una de las mejores cualidades humanas:
la capacidad de superación y mejora,
de transformación (por aceptación) ante lo que pasa,
frente al sometimiento (por negación) a lo que acontece.

A los ángeles se les puede hacer llorar de lástima,
como el "mono colérico" de Shakespeare,

pero aunque la esencia del gesto no deje de ser vidriosa,
también se les puede hacer llorar de belleza.

Lo primero es bajeza, epígonos descarriados,
destrozar y contaminar mediante nubes de sombra.

Lo segundo es grandeza, maestros preclaros,
construir y purificar utilizando rayos de luz.