miércoles, 5 de septiembre de 2012

Lección inesperada 05: capucha de Justin Vernon


Al principio del vídeo no lleva puesta la capucha, y al final tampoco.

En algún momento intermedio ha precisado de ella. Y aunque dentro del estudio no llueva, ni nieve, ni haga viento... no por eso deja de cumplir una función técnica (en su lado izquierdo se interpone entre la oreja y el auricular, pero en el derecho no): equilibra alguna cuestión auditiva, algo muy sutil que quizá sólo él aprecia. Le permite afinar su aclimatamiento para optimizar la interpretación de la música.

Pero más allá de lo técnico la capucha genera un micro-ambiente, aporta algo de cueva, de cubrir la espalda, de refugio del aura. Rudimentos de ingeniería espiritual.

El mundo, afuera, no deja de ser una jungla ni un solo segundo. Y decido asomarme y exponerme, más o menos, ahora sí ahora no, regulándolo con mi capucha en la medida de lo posible.

Por eso no es sólo ropa (construcción), es arquitectura. Un elemento armado de connotaciones espaciales que, además de cumplir su función más pragmática, aporta algo no mensurable ni descriptible facilmente, pero que permite colorear la disposición ante el mundo con tonos que se consideran deseables: mayor soltura, seguridad, bienestar, confianza... y estas sensaciones empiezan a desencadenarse a un nivel tan subatómico que acaso alguien se atreve a decir que el ponerse una capucha no es capaz de catalizarlas?

Tal como la utiliza Justin su capucha es una suerte de arquitectura portátil,
imprecisa (como tus sueños),
incompleta,
insuficiente,

pero arquitectura.

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